Como os adelantábamos cuando hablamos de 1984 se avecinaba uno de los estrenos más sonados de la temporada, el debut de la famosísima y controvertida actriz estadounidense Lindsay Lohan en un teatro. Y es que, al contrario que otras estrellas cinematográficas, para Lindsay esta es la primera vez que pisa un escenario en su vida.
Lo hace de la mano de David Mamet, conocido guionista y director de cine y teatro, con grandes hits como El cartero siempre llama dos veces, American Buffalo o las obras que le valieron la nominación al Oscar: The Verdict y Wag the Dog.
Speed the Plow, escrita por él mismo en 1988 y que le valió la nominación a un Tony al año siguiente, es una obra sencilla centrada en tres personajes. Bobby Gould, interpretado por Richard Schiff -conocido por su participación en series como El ala oeste de la Casablanca, la más reciente Once Upon a Time (Érase una vez) o la discutida cinta El hombre de acero-, acaba de ser ascendido a jefe de producción en un gran estudio de Hollywood y entre sus nuevas tareas se encuentra la aprobación de nuevos guiones para ser producidos.
Su amigo Charlie Fox, interpretado por Nigel Lindsay, nominado a un Olivier por su participación en el musical de Shrek, no duda en hacerle una oferta que no podrá rechazar: la gran estrella internacional Doug Brown está dispuesto a hacer la película que Fox le ha enviado. Gould agradece la lealtad de su amigo, que podía haber ido a cualquier otro estudio y ha decidido que él es el productor adecuado para sacar la película adelante. Es en medio de esta conversación cuando surge el tema de sus nuevas obligaciones como jefe de producción, ya que su puesto le obliga a leer novelas potencialmente adaptables al cine por cortesía, solo para contentar al estudio.
Todo cambia cuando Lindsay Lohan entra en escena como la secretaria eventual Karen, papel que en su día también fue interpretado por Madonna. Fox reta a Gould en la conquista de su secretaria, a la que acaba invitando a su casa con el pretexto de leer su libro por cortesía e intentar así seducirla. Karen, que a priori parece inocente, consigue convencer a Gould para producir el libro y hace que deje a su amigo y su irrechazable oferta de lado, dejando a su vez que el productor la seduzca. Claro que Fox no se dará por vencido: ¿quién saldrá ganando en el juego de Hollywood?
Tras un primer acto demasiado corto y un tanto flojo en el que todas las miradas están puestas en cada palabra de Lindsay Lohan, en el segundo su actuación te hace olvidarte de su presencia y te invita a introducirte en la historia de una manera brillante y en momentos cómica. El debut de la actriz fue en primera instancia criticado por las acusaciones de que se había olvidado del diálogo, aunque fuentes del teatro desmienten el rumor: “Se trataba de las primeras sesiones y ninguno de los tres actores había memorizado el texto del todo, fue antes del estreno y el apuntador apareció en escena solamente para crear la noticia”. Hollywood y Lindsay Lohan son dos palabras que, unidas, parece que siempre estarán rodeadas de polémica… incluso cuando la protagonista de Chicas malas pisa un escenario londinense.
La última función de Speed the Plow será el próximo 29 de noviembre, así que si te pasas por Londres durante este mes y quieres sentir la conexión con Hollywood, esta es la obra que debes ver en el teatro Playhouse.