En la primavera de 1800, poco tiempo después de pintar La maja desnuda, el rey Carlos IV le encargó a Goya un retrato de familia. El zaragozano, que ya había sido nombrado pintor de Cámara, conocía bien al monarca y a su esposa. Tanto que el retrato apunta algunos detalles de la familia real que es probable que los Borbones no apreciaran cuando tenían en mente La familia de Felipe V de Van Loo.

En el podcast contamos cinco curiosidades de la obra:

1. Posaron por separado

Los 13 miembros de la familia de Carlos IV que aparecen en el retrato no tuvieron que sincronizar sus agendas… ¡porque posaron por separado! Este es el motivo de tengan esa expresión ausente en la mirada y ese aspecto un tanto acartonado. ¿Casualidad?

2. El rey y el heredero están un paso por delante

Como cabeza del estado, el rey está un paso por delante del resto de la familia, y lo mismo ocurre con su hijo mayor, el futuro Fernando VII, que traicionaría a su pueblo durante la Guerra de la Independencia. Pero es la reina la que está en el centro de la imagen. Goya nos está diciendo que María Luisa de Parma era quien tenía realmente el bastón de mando en la familia.

3. El homenaje a La familia de Felipe IV

Sin tener la impecable maestría técnica de Velázquez, Goya sentía tal admiración por el sevillano que decidió colocar a la reina María Luisa de Parma en la misma postura que la infanta Margarita en Las meninas. La pequeña era la única esperanza de su linaje, pero no era el caso de la esposa de Carlos IV. ¿Se estaba riendo de ella el genial pintor?

4. Una señora peculiar

La infanta María Josefa era la hermana mayor del rey, una mujer presumida que luce en el retrato una pluma en la cabeza y lleva en la cara un lunar postizo. Ambos elementos decorativos estaban pasados de moda, pero Goya se mantuvo fiel al personaje.

5. La prometida fantasma

Volviendo a Fernando VII, el príncipe heredero posa con su prometida. Pero, ¿por qué ella mira hacia atrás? ¡Porque en ese momento todavía no existía! No sería hasta dos años más tarde, en 1802, cuando el primogénito de Carlos IV se casase con su prima María Antonia de Nápoles. Ella era la hija menor del hermano de su padre, el rey Fernando IV de Nápoles.

Durante su breve matrimonio -murió de tuberculosis sólo cuatro años después- María Antonia animó a su esposo a que plantase cara a la reina María Luisa y su amante más conocido, el primer ministro Manuel Godoy.

Claro que todavía quedaban por llegar otras tres bodas para Fernando, pero de eso hablaremos otro día.

La familia de Carlos IV, una de las obras maestras de Goya, forma parte de la colección del Museo del Prado.